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miércoles, 16 de enero de 2013

Salta


Cachi, Salta

El pueblo de Cachi nace en la unión de los ríos Cachi y Calchaquí. El pintoresco poblado forma parte del Valle Calchaquí, estando rodeado de cerros y montañas pertenecientes a la Precordillera de Los Andes.
El poblado posee un estilo colonial, mezclado con lo que dejaron de herencia sus primitivos habitantes. Posee una plaza central rodeada de calles adoquinadas y casas con bases de piedras, paredes de adobe revestidas de cal y arena de color blanco, rejas de hierro forjado, techos de cardón o caña cubiertas con barro. Poseen altas veredas de piedras y lajas. Sus calles empedradas, adoquinadas y de tierra poseen canales de riego. 
Hay servicios de colectivos y remises que unen a esta localidad con la capital de Salta.
En cuanto a la gastronomía, hay confitería, restaurante y comedores cercanos a la plaza principal que brindan comidas regionales. Además si posee vehículo propio encontrará estación de servicio para recargar combustible.
En épocas del descubrimiento y la conquista, poblaban esta tierra los diaguitas. Los diaguitas fueron agricultores sedentarios, expertos alfareros y metalúrgicos además habían domesticado y criado llamas. Este pueblo indígena había rechazado el avance de los incas un par de veces pero en el año 1.300 el imperio incaico logro imponerse logrando cierta dominación, pese a que los diaguitas continuaron desarrollando su forma y estilo de vida.
Al hacerse el reparto de encomiendas en Salta, en 1673, se asignó a doña Margarita de Chávez la que correspondía a Cachi, figurando años después, en 1719, como propietario del fundo, don Pascual de Elizanda y más tarde don Felipe de Aramburu, dando origen a lo que se conoció como “Hacienda de Cachi”, inmensa propiedad que por años encerró en su seno al pueblo. 
Aquí nace el denominado Pueblo Viejo de gran valor histórico y turístico, construcción colonial del siglo XVIII, que se inició con la iglesia, destinada a la catequesis y la consolidación de la lengua hispana de los productores ligados al hacienda. El pueblo viejo esta contrito por la trama de la época colonial, con la plaza central del siglo XIX y comienzos del siglo XX.
El pueblo nuevo se construyó hacia la década del ‘50 en terrenos expropiados a la finca Hacienda Cachi en 1946, por el gobierno nacional. Se lotearon 10 hectáreas de tierra que limitaban con el antiguo asentamiento hacia el oeste, en lotes de 20 metros por 50 metros. A esa etapa corresponden los grandes espacios destinados al hospital, la escuela y la comisaría. 
El origen y el significado de Cachi todavía se discute, en idioma quechua la palabra Cachi significa Sal pero no se puede explicar su razón, se cree que haya sido un depósito de este producto en épocas prehispánicas. Otra etimología de la palabra proviene de la lengua de los antiguos diaguitas de donde “Kak” significa peñón, piedra, roca y “chi” o "chin", silencio, soledad. Otra versión habla de un vocablo atacameño que significa Valle Hermoso.

Cafayate, Salta

En épocas precolombinas antes del descubrimiento y la conquista, poblaban los alrededores montañosos de Cafayate asentamientos indígenas diaguitas.
Aproximadamente en el año 1480 llegaron en un primera etapa los incas del Perú, y en 1535 arribarían los conquistadores españoles, siendo los aborígenes lugareños quienes más lucharon y resistieron. Sus testimonios aún se aprecian en localidades como Yacochuga, Chusca, San Isidro, El Divisadero, y especialmente en Tolombón; encontando restos de cerámica, muros o pircas de piedra, andenes de cultivo y hasta pinturas rupestres.
Esta localidad, ubicada en el centro de los Valles Calchaquíes de la provincia de Salta, es reconocida internacionalmente por la calidad de sus vinos, la afabilidad de su clima, la cordialidad de su gente y la belleza de sus paisajes.
Sin duda el encanto de este bello e importante pueblo dentro del circuito calchaquí se disfruta plenamente recorriendo sus calles, admirando la incomparable arquitectura de su Catedral, la arbolada y florida Plaza Principal, el pintoresco Viejo Molino de piedra, y los museos llenos de historia y tradición.
Además, el contacto estrecho con la naturaleza se refleja en las imponentes cascadas del Río Colorado, en los atractivos atardeceres desde el cerro Santa Teresita, en las blancas y excéntricas arenas de Los Médanos, y en la inolvidable Quebrada de Cafayate o Río de la Concha, con sus peculiares formas y colores, donde el viento ha actuado como hábil escultor dando al viajero espectáculos de notable belleza. Para los más aventureros, es posible intentar alcanzar la cumbre del cerro San Isidro para apreciar una vista espléndida de todo el Valle Calchaquí.
Dotado de todo el confort que exige el turismo moderno, Cafayate cuenta con hoteles y residenciales de gran calidad, restaurantes y confiterías, hospital, correo, sucursales bancarias, y todo cuanto se necesita para sentirse bien.
La visita a bodegas y la degustación de sus vinos es uno de sus principales atractivos. Pueden apreciarse delicados vinos tintos, rosados y blancos, que se elaboran en bodegas rodeadas de inmensos viñedos, que pueden ser visitadas para adentrarse en los secretos de la vitivinicultura. Estos vinos gozan de alto prestigio nacional y han ganado distinciones extranjeras.
Además, hay campings y es posible la práctica de diversos deportes. 
Finalmente, en esta localidad se celebra la Serenata a Cafayate, uno de los festivales de folclore más importantes de todo el noroeste argentino.
Cafayate es toda una convocatoria para el turismo. Dícese que quien no conoce Cafayate no conoce Salta, y algo hay de cierto en ello.

Salta


La ciudad de Salta, capital de la provincia, fue fundada el 16 de abril de 1582 por Hernando de Lerma, gobernador de Tucumán y por orden del Perú, ubicándola en un hermoso y fértil valle que lleva su nombre.
Conocida como ''Salta la linda'', es una de las ciudades argentinas que más ha conservado el acervo arquitectónico colonial. En su aspecto edilicio se mezclan las construcciones coloniales de paredes blancas, techos de tejados rojos, aljibes, y aspecto señorial; con modernas edificaciones, dentro de una trama urbana que contiene varios espacios verdes entre los que se destaca el Parque San Martín, enlazado por el teleférico con el cerro San Bernardo de 1466 m.s.n.m.
La variedad y belleza paisajística de la zona es espectacular: la grandiosidad de sus montañas, sus valles, sus quebradas, la Puna, y la flora y fauna subtropical preservada en sus parques nacionales, son sólo algunos atractivos.
Una de las ventanas de Salta al mundo es el Tren a las Nubes, con su viaje increíble, lleno de emociones, al viaducto ''La Polvorilla'' a 4200 m.s.n.m , quien despierta el interés del turismo nacional e internacional.
Existen en los alrededores numerosos poblados con monumentos y lugares históricos para ser visitados, como así también ruinas que revelan la presencia del indígena.
Salta cuenta con excelente hotelería, gastronomía, casino, balneario municipal, museos y centro artesanal, entre otras atracciones.
Dueña de un encanto único, Salta deja a sus visitantes deslumbrados ante su singular belleza.

Tren a las nubes 

Este ícono turístico de Salta es un viaje que realmente vale la pena hacer. Los paisajes que se pueden ver desde el tren son increíbles. El ferrocarril parte desde la Estación Belgrano en la ciudad de Salta y llega hasta el viaducto de La Polvorilla, cerca del pueblo puneño de San Antonio de los Cobres. La experiencia de atravesar esa obra monumental de ingeniería que es el mencionado viaducto implica una experiencia única en el mundo. Se trata de un recorrido de 434 km ida y vuelta a través de montañas que forman parte de la precordillera de Los Andes, llegando a una altura de 4.200 metros sobre el nivel del mar. El tren funciona desde Marzo hasta Noviembre, en el verano por las lluvias fuertes se suspende el servicio . 

Iruya 




Aunque a este pueblito se llega a través de rutas que van por la provincia de Jujuy, Iruya forma parte de la provincia de Salta. Un lugar pequeño, donde impera el silencio y que está rodeado de montañas imponentes. Calles de piedras, estrechas, es un espacio donde se pueden ver a pocos habitantes y donde reina la tranquilidad. Durante el verano a veces no es posible acceder al lugar, ya que las lluvias suelen cortar los caminos y es necesario esperar que máquinas dejen pasar a los autos nuevamente. De todas formas, uno de los lugares más increíbles de la provincia más linda del norte argentino. 

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